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¿Un perro puede ayudar contra la depresión?

¿Sabías que tener un perro puede ser una gran ayuda para superar la depresión? Conocemos cómo puede mejorar tu salud mental y física, qué características debe tener el perro ideal para ti y qué precauciones debes tener en cuenta antes de adoptarlo.

¿Sabías que tener un perro puede ser una gran ayuda para superar la depresión? Conocemos cómo puede mejorar tu salud mental y física, qué características debe tener el perro ideal para ti y qué precauciones debes tener en cuenta antes de adoptarlo.

La depresión es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo y que puede tener graves consecuencias para la calidad de vida. Afortunadamente, existen diferentes formas de tratarla y de aliviar sus síntomas, y una de ellas es contar con el apoyo de un perro.

Los perros son animales que nos ofrecen su amor, su compañía y su lealtad de forma incondicional. Ellos son capaces de percibir nuestro estado de ánimo y de adaptarse a nuestras necesidades. Además, nos ayudan a mantener una rutina, a salir al exterior y a relacionarnos con otras personas.

En esta ocasión, vamos a explicarte cómo un perro puede ayudarte a superar la depresión, qué características debe tener el perro ideal para ti y qué precauciones debes tener en cuenta antes de adoptar uno.

Los beneficios de tener un perro para la depresión

Tener un perro puede aportarte múltiples beneficios para tu salud mental y física si sufres de depresión. Algunos de ellos son:

Reducir el estrés

Cuando acaricias a tu perro, tu cuerpo libera hormonas como la oxitocina, la serotonina y la dopamina, que te hacen sentir bien, relajado y feliz. Al mismo tiempo, disminuye el nivel de cortisol, la hormona del estrés, que puede provocarte ansiedad, irritabilidad e inflamación. Estos efectos se han comprobado en varios estudios científicos, como el realizado por la Universidad del Estado de Washington (WSU), que midió los niveles de cortisol en la saliva de estudiantes universitarios antes y después de interactuar con perros y gatos.

Combatir la soledad

La soledad es uno de los factores que pueden desencadenar o agravar la depresión. Sentirse solo, incomprendido o aislado puede afectar negativamente a tu autoestima y a tu ánimo. Sin embargo, tener un perro te hace sentir acompañado y querido. Tu perro te escucha sin juzgarte, te consuela cuando estás triste y te muestra su afecto sin condiciones. Además, te anima a salir de casa y a conocer a otras personas que también tienen mascotas, lo que favorece tu vida social y tu sentido de pertenencia.

Mejorar la autoestima

La autoestima es la valoración que tienes de ti mismo y que influye en cómo te enfrentas a los retos de la vida. La depresión puede hacer que te sientas inseguro, incapaz o culpable. 

Sin embargo, tener un perro puede ayudarte a mejorar tu autoestima, ya que te hace sentir útil, responsable y valioso. Tu perro depende de ti para cubrir sus necesidades básicas, como alimentarse, pasear o jugar. Al cuidar de él, te sientes más competente y satisfecho. Además, tu perro te admira y te respeta tal como eres, sin importarle tu aspecto, tu trabajo o tus decisiones.

Cómo elegir el perro adecuado para ti

Si estás pensando en adoptar un perro para ayudarte con tu depresión, debes tener en cuenta algunos aspectos importantes para elegir el más adecuado para ti. Algunos de ellos son:

El carácter del perro

No todos los perros son iguales ni se comportan igual. El carácter del perro depende más de sus experiencias y su aprendizaje que de su raza o su genética. Por eso, debes buscar un perro que sea compatible con tu personalidad, tus gustos y tus necesidades. Lo ideal es que el perro sea tranquilo, cariñoso y sociable, tanto con las personas como con otros animales. También es importante que el perro esté bien socializado y entrenado, para evitar problemas de conducta o agresividad.

El tamaño del perro

El tamaño del perro también es un factor a considerar, ya que influye en el espacio que necesita, la cantidad de comida que consume y el ejercicio que requiere. 

Si vives en un piso pequeño o no tienes mucho tiempo para dedicarle al perro, quizás sea mejor optar por un perro pequeño o mediano, que se adapte mejor a tu entorno y no demande mucha actividad física. Si, por el contrario, tienes una casa grande o te gusta hacer deporte al aire libre, puedes elegir un perro grande o enérgico, que disfrute de correr y jugar contigo.

El estado de salud del perro

Otro aspecto a tener en cuenta es el estado de salud del perro, tanto físico como mental. Algunos perros pueden tener enfermedades crónicas, alergias, discapacidades o traumas que requieren una atención especial y un tratamiento veterinario. Esto puede suponer un gasto económico y una responsabilidad extra para ti. Por eso, debes informarte bien sobre el historial médico del perro antes de adoptarlo y asegurarte de que puedes ofrecerle los cuidados que necesita.

Los riesgos de tener un perro para la depresión

Aunque un perro puede ser una gran ayuda para superar la depresión, también puede conllevar algunos riesgos o inconvenientes que debes tener en cuenta antes de tomar la decisión. Algunos de ellos son:

El compromiso a largo plazo

Tener un perro implica un compromiso a largo plazo, ya que la esperanza de vida de un perro puede ser de 10 a 15 años o más. Durante todo ese tiempo, debes hacerte cargo de su alimentación, su higiene, su salud, su educación y su bienestar. Esto supone una inversión de tiempo, dinero y energía que no todo el mundo está dispuesto o preparado para asumir. Por eso, debes pensar bien si estás en condiciones de ofrecerle una vida digna y feliz a tu perro y si puedes adaptarte a los posibles cambios que se produzcan en tu vida (mudanzas, viajes, trabajo, familia, etc.).

La dependencia emocional

Aún cuando tener un perro puede ser muy beneficioso para tu salud mental, pero también puede generar una dependencia emocional que te impida avanzar en tu recuperación. Si basas toda tu felicidad y tu autoestima en tu relación con tu perro, puedes caer en un círculo vicioso que te aísle de otras personas y oportunidades. 

Por eso, debes tener claro que tu perro es un apoyo y un complemento, pero no una solución definitiva ni un sustituto de otras terapias o tratamientos. Lo ideal es que combines la convivencia con tu perro con otras actividades que te ayuden a mejorar tu ánimo y tu autoestima, como hacer ejercicio, meditar, leer, aprender algo nuevo o relacionarte con otras personas.

Como hemos visto, tener un perro puede ayudarte a enfrentar la depresión, pero también requiere una responsabilidad y una madurez por tu parte. Si estás seguro de que quieres adoptar un perro y puedes ofrecerle una vida feliz, no lo dudes y hazlo. Tu perro te lo agradecerá con su amor y su lealtad y tú notarás la diferencia.

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