¿Estás pensando en adoptar un perro y valoras la opción de que este sea un K9?Perfecto, es una excelente idea y seguro que este acto marca un antes y un después en tu vida y en la del animal. Sin embargo, hay determinados aspectos que son específicos de estos perros que deberías conocer antes de lanzarte. Veámoslos.
Un perro K9 es un perro policía que ayuda en labores de rescate, búsqueda de cadáveres, desaparecidos o personas sepultadas, detección de explosivos, drogas y billetes ilegales. Aunque con el término K9 se hace referencia a un perro policía, lo cierto es que se trata de la sigla resultante de unir k y nine, que pronunciados en inglés suena igual que canine, es decir, canino.
La primera vez que se emplearon perros de manera organizada en el ejército fue en la guerra que enfrentó a Estados Unidos y a los indios seminole, en 1835. En la Segunda Guerra Mundial el uso de perros en el ejército se generalizó en ambos bandos.
Hoy prácticamente todos los cuerpos de la policía cuentan con un K9 en sus filas. Estos perros se consideran agentes de la ley y forman pareja con su guía. El entrenamiento suele durar de 24 a 36 semanas, dependiendo de la especialidad.
Es muy frecuente que los perros K9 trabajen en contextos de catástrofes naturales como terremotos para encontrar a supervivientes debajo de las ruinas.
Una vez repasadas las funciones de un K9 y su historia, pasemos a esos aspectos que hay que tener en cuenta antes de adoptar este tipo de perro.
Los perros K9 son perros que han sido seleccionados y criados con unas cualidades superiores al promedio, por lo tanto, son animales muy activos que necesitan hacer ejercicio y tener actividad en su día a día. Es por eso por lo que debemos asegurarnos de tener tiempo para dedicárselo.
Muchos de los perros policía se retiran jóvenes por falta de actitud para el trabajo, aun así, son perros con unos instintos por encima de la media y pueden requerir ser educados para adaptarse a su nuevo hogar.
Otros en cambio, son mayores, de una avanzada edad, por lo tanto, necesitan una dieta equilibrada y un cuidado adecuado para mantenerse sanos y en forma.
Antes de la adopción, debemos ser conscientes de los gastos (veterinarios, de alimentación, de educación...) que genera tener un perro de estas características.
Un factor muy importante y que quizá muchos desconozcan es que la mayoría de estos perros están adiestrados y no educados. Adiestrar es enseñarle una especialidad al perro (droga, seguridad y defensa, detectores de explosivos, seguridad y combate...) y educar es enseñar al perro normas de comportamiento (comportarse en casa, en el paseo, en el campo...). Se puede dar el caso, por lo tanto, que a la llegada a casa el animal tenga problemas de comportamiento (ladra, hace sus necesidades dentro…) y tenemos que estar preparados para ello. Cuando se integre en nuestra familia, deberemos responder por él. Si nuestras condiciones cambiaran y esto afectara a su vida, deberemos informar a la asociación.
Por último, existe una creencia muy extendida consistente en pensar que por tener una casa muy grande se puede tener cualquier perro y a la inversa, que si se vive en una casa pequeña, no se podrá tener determinados canes. Lo cierto es que los perros no necesitan un gran espacio sino vida fuera de su hogar. Requieren actividad en el exterior y compartir vivencias y tiempo con su adoptante. En casa solo necesitan descansar.
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