Existe una buena cantidad de beneficios para la salud detener un perro que quizá muchos desconozcan. Te contamos algunos de ellos.
Amor incondicional, compañía y cariño, mucho cariño. Estas son solo algunas de las cosas que nos puede dar un perro, las más evidentes, las que casi todas las personas podrían enumerar si se les preguntara sobre ello. Sin embargo, existe una buena cantidad de beneficios para la salud de tener un perro que quizá muchos desconozcan. Te contamos algunos de ellos.
La interacción con perros, es decir, tocarlos y jugar con ellos aumenta la secreción de oxitocina, una de las hormonas que nos pone felices y que refuerza el vínculo entre las madres y los bebés. De esta manera, el estrés se ve reducido.
El efecto desestresante se ha demostrado científicamente tanto en niños como en adultos.
Un estudio que publicó en 2013 la Asociación Americana del Corazón concluyó que tener un animal de compañía, sobre todo un perro, podía reducir el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón. Resultó que las personas que vivían con mascotas tendían a tener menor presión arterial, colesterol y obesidad.
En un estudio preliminar de 2022 realizado por científicos de la Universidad de Michigan se vio que tanto tener un perro como un gato podía ayudar a retrasar el deterioro cognitivo. Eso sí, había que compartir la vida con una de estas mascotas al menos cinco años. Quienes se beneficiarían serían las personas mayores.
No son pocos los estudios que han concluido que los niños que se crían con perros tienden a desarrollar menos alergias. El resto de personas que viven en el hogar, al estar más expuestas a bacterias, también desarrollarán una mayor inmunidad a ellas.
Por muy sedentario que seas, por fuerza vas a tener que moverte más en tu día a día ya que tendrás que sacar a pasear al perro. Tres veces como poco.
Esto es especialmente interesante para los dueños de perros que viven solos ya que les obliga a ocuparse de ellos, desconectando de vez en cuando de los pensamientos depresivos y haciéndolos sentir útiles. La persona también tendrá que salir a la calle o al parque para que el animal haga sus necesidades y es posible que hasta acabe hablando con el dueño de otro can.
De nuevo, es la oxitocina y otras hormonas que nos hacen sentir bien como la serotonina y la prolactina la responsable de que al acariciar a un perro nuestro estado de ánimo mejore. Esto es así porque al hacerlo, nuestro organismo libera estas sustancias. Es la conclusión a la que se llegó en un estudio realizado por investigadores de la Universidad Missouri-Columbia.
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